sábado, 14 de julio de 2007

Encadenada en una torre de silencios

A pesar de mi belleza como dicen los que me admiran, con mi larga cabellera y esbelta figura, llena de bondades y hermosos sentimientos, me encuentro indefensa, encadenada y amordazada en una torre de silencios.

Desde hace varios años estoy atrapa en un régimen que me quiere subyugar, presa en un destino que me trazaron cuando comenzó la búsqueda por conseguir la persona honesta, que quisiera protegerme y salvarme de abusos, atropellos y de bandidos que solo querían robar nuestro dinero.

Muchos fueron los que ante mi desfilaron, se acercaron varios candidatos presentando diferentes propuestas para ver quien conquistaba este corazón maltratado, ofrecieron villas y castillas, un sinfín de proyectos y la unión de todos para proteger las riquezas y bellezas de esta hermosa tierra.

Cansado este pueblo de tanto esperar, abatido por tantas decepciones y con la esperanza de conformar un gobierno limpio, que ofreciera prosperidad, un país lleno de oportunidades para los que en mí habitan, buscaron a alguien que pudiera hacer cambios y sacar adelante esta noble nación.

Entre todos los candidatos, uno manifestó intensiones de traer el bienestar para todos, sin excepción ni distingo de colores, hablaba de estabilidad, fortalecer la economía, de vivir en democracia y en igualdad de condiciones, vivir en un país donde todos pudieran trabajar y sus sueños alcanzar.

La desesperación producida por muchos de desengaños, llevó a un pueblo que había soportado el abandono de tantos años, que se había decepcionado una y otra vez de quienes prometían y no cumplían, a elegir al que creían la mejor opción, el salvador de todos los problemas, el mesías que venia a hacer justicia.

Convencidos de que gobernarían con el redentor, votaron una y otra vez entregándole el poder, la soberanía, la independencia y hasta la dignidad. Es difícil de reconocer pero este noble pueblo se dejó engañar otra vez por palabras bonitas, deslumbrar por las riquezas que ofrecía el supuesto mesías que convirtió en poco tiempo al país en su monarquía.

Hoy me siento triste, con las manos atadas y avergonzada por no advertir la desgracia que se avecinaba, hoy me siento deprimida porque se ha cambiado el respeto por el odio, el libre pensar por el miedo y estamos perdiendo la libertad que en el pasado este pueblo soberano luchó por conquistar.

Que ironía de la vida que al que creían el mesías y el nuevo libertador, se ha convertido en rey de los reyes, pasó a ser de redentor a opresor de un pueblo libre, noble, respetuoso de la ley, de la virtud y el honor, sin embargo, a pesar de lo que está pasando no me rindo, me resisto y juro que seguiré luchando para quitarme las cadenas, las mordazas y salir de esa torre de silencios.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Realmente asombrosa esa forma de describir un pais,y de plasmar el sentiminento de un pueblo.
Todos mas o menos estamos siendo victimas de uno u otro atropello consentido y totalmente indefensos ante estas situaciones,
Espero queno te haya molestado mi comentario
Me ha gustado mucho tu relato enhorabuena

Anónimo dijo...

De acuerdo, la vedad es sorprendente la forma tan sublime de expresar el sentimiento de un colectivo. Realmente hermoso y reflexivo.

Andrés

Anónimo dijo...

Me uno a los comentarios anteriores, realmente has descrito este país y lo que ha pasado.

Mariana Abreu

Anónimo dijo...

La verdad nunca habia visto que alguien describa o relate una situación politica de esta manera, de verdad que bien lo hiciste.

Sabes mi nombre es Raúl Guevara, vivo en margarita y he entredo varias veces a tu pagina y me encanta porque es super fresca y escribes de una manera extraordinaria. Le llegas a uno.

Besos